Las bombonas son la solución más habitual siempre que es necesario almacenar y transportar gases a alta presión. Dependiendo de la sustancia, el contenido del interior puede adoptar muchas formas, incluido gas comprimido, vapor sobre líquido, fluido supercrítico o gas disuelto en un material de sustrato. Los cilindros pueden contener todos estos diferentes tipos de gases de alta presión.
Los tres grupos principales de gases comprimidos que se almacenan habitualmente en cilindros son los gases licuados, los no licuados y los disueltos. Normalmente medimos la presión dentro de los cilindros usando psi o libras por pulgada cuadrada. Un tanque de oxígeno típico puede tener una psi tan alta como 1900.
Los gases no licuados, normalmente denominados simplemente gases comprimidos, incluyen oxígeno, helio, hidruros de silicio, hidrógeno, criptón, nitrógeno, argón y flúor. Los gases licuados incluyen dióxido de carbono, propano, dióxido de azufre, óxido nitroso, butano y amoníaco.
En la categoría de gases disueltos, el ejemplo principal es el acetileno. Puede ser muy inestable y explotar accidentalmente a presión atmosférica si no se maneja adecuadamente. Es por eso que los cilindros están llenos de un material inerte y poroso en el que el gas puede disolverse, creando una solución estable.
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Hora de publicación: 02-sep-2024